A lo largo de mi vida siempre he defendido las bondades del vino en todos sus aspectos, estas generosidades ya fueron descritas por el médico griego Hipócrates (460-370 a.C.) y hoy siguen plenamente vigentes, sin lugar a dudas.
Desde el punto de vista técnico, los enólogos en nuestro trabajo diario nos enfrentamos con una serie de enfermedades que afectan al vino, investigadas por los padres de la enología moderna como: Jean Ribereau-Gayon (1903-1976) Emile Peynaud (1912-2004), las cuales debemos evitar a toda costa para obtener vinos de calidad.
Sin embargo, creo que hoy en pleno siglo XXI están surgiendo una nueva generación de "enfermedades vínicas" que afectan al vino en su más pura esencia el disfrute. Me refiero a esa obsesión que tiene algunos consumidores, y entiendo que están en todo su derecho, por beber vinos casi en exclusividad de una determinada región o valorados por algunos de los expertos reconocidos internacionalmente llamados "gurús del vino" Así surgen estas nuevas "enfermedades vínicas ": Riojitis vínica", "Riberitis vínica" y la emergente "Canaritis vínica", sin olvidar las, cada vez más preocupantes, "Parkitis y Peñitis vínica."
Entiendo que en el mundo del análisis sensorial cuando catamos un alimento, y el vino lo es, valoramos sus todas sus cualidades organolépticas y además lo catalogamos, clasificamos, estudiamos, sólo con una finalidad: disfrutar de él.
Dicho esto, si como consumidores sólo tomamos vinos con el mismo perfil sensorial, por muchas variantes y matices que tenga, estamos cerrando nuestra capacidad sensorial al disfrute, al conocimiento del vino y a su entorno.
Estas "modernas enfermedades vínicas" creo que debemos combatirlas con fuerza hasta erradicarlas y para ello tenemos una herramienta: la divulgación de la infinidad de vinos existentes en el mundo. Es indudable que cada región vitivínicola tiene su personalidad y sus vinos unas características propias que se brindan a nuestros sentidos para el disfrute. Si nos dejamos contagiar por estas "enfermedades" estamos rechazando el fin último para el cual se elaboran los vinos.
En Canarias tenemos un gran número de bodegas con todo tipo vinos, desde los espumosos de Los Bermejos en Lanzarote, pasando por los Malvasías dulces de La Palma o los tintos sorprendentes de Suertes del Marques, o Monje por mencionar algunos de Tenerife.
En este sentido destacar la reciente visita de Alice Feiring a Canarias, que es una luchadora por el fin último del vino: el disfrute en su máxima expresión.
Por último que estas lineas nos sirvan para tomar consciencia y no ser contagiados por esas "enfermedades vínicas" y seguir en la lucha contra esas terribles plagas que afectan al mundo del vino.
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Alice Feiring en Bodegas Suertes del Marques, Tenerife |
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Alice Feiring en Bodega Los Bermejos, Lanzarote |
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Alice Feiring en Bodejas Monje, Tenerife |
Que bien ,,,,tu trabajo de enólogo debe de ser interesantísimo. Lo mejor es trabajar en lo que a uno le gusta. Verdad?
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